jueves, 27 de mayo de 2010

Sentirse Maxwell Smart por un segundo y cerrar con varios tragos


Para los que crecimos mirando al Super Agente 86, acceder a un lugar oculto por la cabina telefónica, el zapatófono y todos los utensilios top secret eran lo más divertido del planeta. Con el correr de los años uno se olvida o tiene el agrado de volver a recordarlos en charlas como: Te acordás de …? O cuando por ejemplo sale la película de la serie. Lo importante es que los agentes 86 y 99 fueron parte de nuestra niñez.

Hace varios meses tuve la oportunidad de meterme en la cabina, llamar por el teléfono, y que se abriera la puerta a lo desconocido: PLEASE DON´T TELL.

PLEASE DON ´T TELL, como su nombre lo indica, es un bar del Lower East Side construido en el mundo de lo secreto, de lo prohibido.
Para empezar, está camuflado dentro de un local de venta de panchos y papas fritas bien sucio. Digamos que cuando entrás no entendés nada, sobre todo cuando te llevan de sorpresa. La reacción de mi grupo de amigas y mío fue “ a dónde nos trajeron?”. Ante la primera resistencia a quedarnos en el lugar, escaneamos rápidamente hasta descubrir “la cabina telefónica”. Cual niña me dirigí rápidamente a su interior y levanté el tubo……"Yes? Reservation under María…”.y abracadabra… se abrió la parte trasera de la cabina y entramos al bar.
Como verán, otro aspecto de PLEASE DON´T TELL es que se accede mediante reserva, lo cual no es un dato menor, ya que hay que llamar el mismo día a las 15 hs, esperar (a veces un largo rato) hasta que te atiendan y ahí, recién, reservar. Asíque si no tenés el dato previo, imposible entrar. Lucky you…rompo las reglas y paso el teléfono.

El ambiente es medio macabro, oscuro, sin mucha luz, animales embalsamados..y hasta la tarjeta hace alusión a lo secreto…Negro y rojo como colores de marca.
Mientras recorría con mis ojos ese lugar rectangular, la mesera se acerca y nos entrega una lista de tragos preparados en la casa. Y ahí descubrí la primera regla del lugar: Si la mesa deja de pedir tragos por hora, el lugar tiene el derecho de pedirte amablemente que te retires. Eso sí, a pesar de tener variedad en alcohol y muchas reglas, el menú está lejos de reflejar todo lo que hay para tomar, por lo que las meseras (al menos las más simpáticas) se ofrecen como principal fuente de información acerca de los tragos, haciendo recomendaciones y prácticamente eligiendo tragos en base a los gustos de los clientes.
Pero siguiendo con la descripción del bar, de sus excentricidades, previamente marqué lo prohibido como una característica. La experiencia de ir al baño y divertirte leyendo esto es parte de ello. 

Sin dar más vueltas, PLEASE DON´T TELL es una salida diferente al típico bar que podrías cruzarte caminando por las calles de Nueva York, sobretodo cuando venís cansado de los paseos turísticos.